viernes, 25 de enero de 2013

Día de viaje

Lo primero de todo disculpas por el royo de calles del otro día. Creo que me dormí mientras lo escribía jjejeje. Ayer no escribí porque estuve haciendo amistades con algunos mochileros del hostel. Hay un francés que mañana llega a donde estoy ahora. ¿Y dónde estoy? En Iguazú!! Mañana visitaré las cataratas aunque hoy ya las he visto desde el avión. Un paisaje alucinante desde el cielo (la foto no ha salido muy bien porque estaba lloviendo).


Cataratas de Iguazú
Me alojo en el Stop Hostel pero no tiene nada que ver con el Buenos Aires, es bastante cutre y tengo un compa japonés que le huelen los pies pero por lo menos el sitio está limpio. La zona del centro está llena de tiendetas, restaurantes y pubs, hay un ambiente muy turístico a pesar de que la ciudad es bastante humilde. Ahora acabo de llegar de dar un paseo por el río y he llegado hasta las 3 fronteras, desde donde se ve Brasil, Paraguay y Argentina unidos por los rios Iguazú y Paraná. 


Al fondo Paraguay, a la derecha Brasil y a la izquierda Argentina

En este lugar he estado un rato meditando. Hace dos años vivía única y exclusivamente para trabajar, hasta hace 3 días nunca había viajado sola  y llevaba un tiempo bastante desanimada y dependiendo siempre de personas que al final toman su propio camino, y hoy aquí estoy, yo sola sin depender de nadie entre Argentina, Brasil y Paraguay pensando en lo maravilloso que es el mundo y que para nada quiero volver a llevar una vida como la que tenía. Creo que este viaje cumplirá con sus objetivos. Entre estas divagaciones ha empezado a llover y entre las prisas y que no tenía plano me he perdido por unas calles llenas de barro y de casitas hechas con todo tipo de materiales. Por suerte una mujercilla con una sonrisa sin dientes me ha indicado para donde ir. Ha caido un buen chaparrón tropical. Por suerte no hace tanta calor como pensaba pero la humedad es muy de alta. Nada más bajar del avión he notado como mi pelo se rizaba como hacía tiempo que no lo llevaba. Pero se agradece esto más que los 38° de ayer en Buenos Aires, que no se podía estar en la calle. Acabé quemándome los hombros además de ir acribillada por mosquitos (no sé que función tendrá el repelente).

Ayer no hice gran cosa. Me levanté muy pronto y salí sin rumbo alguno con la intención de no alejarme mucho porque sabía que no soportaría tanto calor. Encontré la calle Talcahuano que está llena de tiendas de guitarras, trompetas, amplis, mesas de mezclas... (conozco a uno que disfrutaría aquí ;) ).



Siguiendo por aquí me encontré con la embajada española y decidí registrarme, que nunca se sabe lo que puede pasar. Aquí como no, gasté media mañana. Después fui dando vueltas por el barrio de Recoletas y me encontré con el cementerio que no tiene nada que ver con los que había visto hasta ahora. Son todo mausoleos y algunos obras de arte y visité la tumba de Evita.

Tumba de Evita
El guía de la entrada muy simpático (me dijo como diez veces lo preciosos que son mis ojos) me quiere llevar a hacer una tournè por la ciudad cuando vuelva (me lo pensaré a la vuelta jejej). Después me acerqué a ver la plaza de las Naciones Unidas que tiene una flor metálica gigante que se abre de día y se cierra de noche.

Plaza de las Naciones Unidas
De regreso al hostel antes de derretirme viva me comí el famoso bife de chorizo que es como un chuletón gordo y muy sabroso. Una vez en el hostel ya no conseguí moverme de debajo del ventilador.

Recepción del hostel

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